Como todos los training courses en los que he participado (y ya han sido unos cuantos), éste en Lituania ha empezado con un viaje largo, de esos de varias escalas y horas de autobús. Y como todos, también ha terminado con las mismas promesas de reencuentros. Pero más allá de todo eso, poco tienen en común los unos con los otros.
Hasta hace unos días pensaba que lo que hacía diferente a este tipo de TC, más que los topics, eran los participantes y los trainers. Pero en Lituania me he dado cuenta de que la metodología también puede marcar la diferencia.
Este training en concreto llevaba como título “Take a Risk” y tuvo lugar en Dubingiai, un complejo hostelero a 60 km de Vilna y rodeado de naturaleza por todas partes. El lugar perfecto para experimentar el “opendoors learning” a través de dos días de hiking.
Y.E.N. (Youth Express Network) se tomó muy en serio lo del “take a risk” y desde el primer día quisieron poner a prueba nuestro espíritu emprendedor. Como las palabras se las lleva el viento, lo mejor para inculcarnos aquello del “quien quiere puede” (o “el que la sigue la consigue”) nos propusieron hacer una ruta de 50 km en dos días pasando la noche a la intemperie y superando una serie de retos.
La experiencia fue única y la sensación de haber superado el reto pese a todos los obstáculos (que no fueron pocos) me hizo replantearme mi actitud hacia la profunda situación de crisis económica y de desempleo juvenil en España. Me quejo mucho y busco oportunidades de trabajo fuera de nuestras fronteras. Pero lo cierto es que tristemente no corro el riesgo de tomar la iniciativa y hacer algo por cambiar las cosas dentro del país.
A diferencia de otros TC, éste me ha dejado un sabor de boca agridulce. Probablemente porque una vez que se despierta la conciencia es muy difícil conseguir que se vuelva a dormir.
Rocío Balsa y Fede Goy