Hace solo unos días, mis compañeros de diferentes ciudades de España y yo decidimos lanzarnos a vivir un proyecto de intercambio en la preciosa e histórica isla de Creta. Tan sólo una semana después estoy en casa echando de menos ese pequeño trozo de mundo y a todos los amigos que compartieron esa experiencia conmigo. Nuestro proyecto se llamaba “Cultural bridge to the future” y simbólicamente para nosotros ha sido un puente a través del cual hemos podido llegar al corazón de una ciudad llena de historia y cultura.
Las experiencias de intercambio son una ventana abierta al mundo y atreverse a abrirla te hace crecer y aprender de un modo poco convencional, atrevido y muy divertido. Hemos vivido como auténticos griegos durante estos días, hemos comido tzatziki y musaka, hemos aprendido palabras griegas y nos hemos adentrado en el corazón del pueblo cretense, en sus pueblos y sus playas. Entender las particularidades de cada pueblo, supone un aprendizaje en todos los sentidos y te abren el corazón hacia el respeto, la tolerancia y el compañerismo. En Creta, hemos aprendido también a cocinar comida griega, y nuestros amigos de Portugal, Italia, Turquía y Grecia nos han regalado historias propias, costumbres y momentos inolvidables gracias a los cuales conocemos más de cerca lugares de los que solo hemos oído los nombres.
Creta brilla con luz propia por ser la cuna de la civilización helénica y de toda Europa, nos han enamorado sus olores, sabores y la calidez de su gente. Heraklion nos ha abierto los brazos y el corazón para mostrarnos su historia de la mano de sus habitantes, además de su belleza y riqueza arqueológica, como los palacios de Knossos y Malia, lugares donde nacieron las leyendas de la mitología griega. Abrir los ojos a Grecia desde un punto de vista diferente al de los libros de historia y a lo que escuchamos en el telediario es el regalo más bonito que he podido recibir, hoy para mi Grecia es más que todo eso, es intercambio, libertad, tranquilidad, amistad y curiosidad.
Con cada nueva experiencia de intercambio mi corazón va dejando pedacitos de mi en cada parte del mundo que visito, primero fue Turquía y ahora ha sido Grecia, no sé cuál será el siguiente país que visitaré, pero lo que sí tengo claro es que ¡¡¡no hay dos sin tres!! Así que animo a todos los que me estáis leyendo a que no os lo penséis, no os quedéis en casa sentados instalados en la rutina, aventuraros a vivir una experiencia de intercambio que os aseguro os cambiará por dentro y os dará un punto de vista distinto hacia la vida. Por último, he de dar las gracias a mi amiga Esther, que me ha acompañado en esta aventura y contó conmigo para participar en ella, y por supuesto a Gilberto que es el coordinador que hizo posible esta aventura, ah!! No puedo despedirme sin dejaros un consejo que aprendí en Grecia, y que me ha enseñado a tomarme la vida de un modo más tranquilo, así que para todos “espíritu Halara”.