Armenia fue un destino que nos sorprendió desde el momento de nuestra llegada. No era mucha la información que teníamos del Cáucaso, pero desde el primer día sus paisajes, costumbres, comidas, la amabilidad de su población… Nos hicieron sentir como en casa a pesar de los más de 4000Km de distancia.
Desde Yereván, viajamos a Dilijan, lugar en el que se desarrollaría el proyecto. Se trataba de una ciudad ubicada al norte del país, en un entorno único, rodeado de montañas, y en las proximidades de algunos de los monasterios más conocidos del país, además del Lago Sevan, uno de los lagos de alta montaña más extensos del mundo.
Los participantes proveníamos de 10 países, además de España, de Italia, Suiza, Noruega, Alemania, Reino Unido, Ucrania, Moldavia, Georgia y la propia Armenia. Durante aquellos días formamos una »pequeña gran familia», pues además de realizar las distintas actividades relacionadas con la temática del proyecto, la lucha contra la discriminación, aprovechamos cada uno de los ratos libres de los que disponíamos para conocer algo más de la cultura armenia, y compartir experiencias de nuestros países de origen.
La temática del curso resultó bastante interesante, pues a pesar de que discriminación pueda resultar un término algo amplio, durante aquellos días pudimos de alguna forma concretar qué tipos de discriminación encontramos en nuestros países, para así tratar posibles métodos de integración con los grupos o comunidades que puedan estar en peligro de exclusión. La organización del proyecto fue en todo momento eficaz, pues tanto Artur como Mack, los responsables armenios del proyecto, estuvieron atentos continuamente a cualquier necesidad que pudiera presentarse, así como de facilitar al resto de participantes el día a día en el país.
Sin duda la experiencia que vivimos en Armenia nos resultó muy positiva, y personalmente siempre guardaré un grato recuerdo del país, y en especial, de su gente.
Gracias Armenia!; )