Os traigo hoy la experiencia de dos participantes en un curso de formación en Nova Gradiska, Croacia. Ellos son Aitana y Mourad. ¡Espero que os motive!
Aitana
Me vienen tantas cosas a la cabeza cuando recuerdo el exchange que no sé bien por dónde empezar. Cuando mis amigos me preguntan “¿Qué tal ha ido?” suelo contestarles con un “Increíble”, porque es la palabra que mejor resume las millones de sensaciones y vivencias de aquella semana. Pero no es suficiente, realmente no transmite todo lo que ha sido en su perfección.
Este intercambio han sido muchas cosas desde conocer lugares que en mi vida habría pensado que visitaría a conocer aspectos de otras culturas que tampoco me había planteado y sobretodo conocer gente que me va acompañar para el resto de mi vida.
Antes de llegar a Nova Gradiska pase un día en la capital Zagreb, una ciudad preciosa con una historia interesante. Al día siguiente de llegar a Nova Gradiska en autobús comenzó el curso. Los primeros días fueron intensos y no teníamos casi tiempo pero por la noche podíamos ir a conocer el pueblo. Poco a poco la presión del tiempo se fue disolviendo y tras haber dado la parte teórica del curso fuimos todos juntos de excursión a una ecoaldea, allí tomamos las fotos que posteriormente tras editarlas al día siguiente expondríamos en una galería del pueblo.
Vivíamos el tiempo de una manera diferente, nos sentíamos como en una burbuja, habían pasado unos pocos días pero todos teníamos la sensación de que
llevábamos allí todos juntos meses, era difícil pensar que en realidad nos conocíamos simplemente desde hacía menos de una semana.
Sin duda repetiría esta experiencia 1000 veces más.
Mourad

Todos sabemos perfectamente de qué se tratan y los hemos experimentado más de una vez en diferentes situaciones cotidianas. Pero, ¿qué hay del miedo al cambio? ¿a cambiar de amigos?, ¿de almohada?, ¿de cama? ¿A cambiar la deliciosa paella de tu abuelo por un plato del que ni siquiera eres capaz de pronunciar el nombre?